Tras perder a su hermana pequeña a causa de una enfermedad incurable, el mundialmente famoso investigador médico Kanji Yakutani lo dio todo para curar a los pacientes dedicando su vida a inventar nuevos medicamentos. Después de trabajar hasta la muerte a la edad de 31 años, el antiguo farmacéutico se despierta como un niño de 10 años cuyo cuerpo ha sido alcanzado por un rayo. Descubre que se ha reencarnado en un mundo medieval como Falma, un hijo de la respetada familia De Médicis.
En un mundo en el que existen artes divinas—magia concedida a través de las bendiciones de las deidades guardianas—Falma se da cuenta de que su cuerpo alberga a la deidad guardiana de la medicina. El chico ha recibido las míticas artes divinas de la creación y la reducción, así como la capacidad de diagnosticar instantáneamente las enfermedades del cuerpo de las personas.
Pronto descubre el terrible estado de la medicina en este mundo: sólo los nobles pueden permitirse la atención médica, que es ineficaz en el mejor de los casos y perjudicial en el peor. Utilizando los conocimientos modernos y sus poderes divinos, Falma se hace poco a poco un nombre como farmacéutico a pesar de su corta edad, ganándose incluso el reconocimiento de la corte imperial. Cuando por fin adquiere una farmacia propia, se dispone a perseguir su objetivo de mejorar la asistencia sanitaria en el Imperio de San Fleuve y hacerla accesible a todos.
